Taichi |
Juan Ramón Sánchez Couso se ha formado con maestros de reconocida fama internacional: Zhu Rui Qi (Catedrático de la Universidad de Educación Física de Pekín); diferentes Maestros de las Universidades de Pekín y de Shangai para el Taichi moderno; y en el Taichi Yang Tradicional Fu Qin Quan y su padre el Gran Maestro Fu Sheng Yuan (Cinturón Negro 8º Dan, máximo grado de Taichi reconocido por China). El estilo Yang Tradicional de taichí, recoge la herencia pura de los primeros Grandes Maestros Yang Lu Chan y Yang Cheng Fu, que fueron los que crearon el primer estilo de taichi, aportaron el nombre por el que hoy lo conocemos (taichi) y le dieron la fama y prestigio mundial que hoy tiene. |
El Taichi es el equilibrio perfecto entre el Yin y el Yang, entre los polos opuestos que rigen el universo que se manifiesta ante nosotros. Este perfecto equilibrio no es estático sino dinámico y rítmico, es la alternancia de los opuestos: el masculino y el femenino, el día y la noche, el Sol y la Luna, el frío y el calor y la fuerza y la suavidad. Un error muy común es pensar que el taichi es sólo relajación o parte Yin. Esta confusión solo refleja que vivimos en un mundo tan rígido y estresado que cualquier disciplina relajada aparenta ser solo relajación. En realidad el taichi es relajado y fuerte a la vez, es el equilibrio yin yang, y la salud es fundamentalmente este equilibrio global. En una primera etapa, el taichi se llama también Taichi Chikung en referencia a que es más una gimnasia para mejorar la salud. Se realiza un trabajo intenso en toda la parte inferior del cuerpo (trabajo Yang en la parte Yin del cuerpo, que es la parte que tiende a debilitarse en exceso). Se fortalecen las piernas, caderas y cintura, estimulando la circulación y la vitalidad, se mejora el equilibrio tanto físico como emocional, se fortalece la voluntad y se consigue poner los pies en la tierra;. Por último, al aumentar la estabilidad, se puede hacer una corrección postural completa y eficaz de todo el cuerpo. Al mismo tiempo, se realiza un trabajo de aprender a soltar y relajar toda la parte superior del cuerpo (trabajo Yin en la parte Yang del cuerpo, que es la parte que tiende a tensarse y contraerse). Se aprende a relajar el pecho, la espalda, el cuello, los hombros e incluso toda la cabeza (particularmente la boca y la cara). Se aprende a mover los brazos de forma natural y relajada, se calma la mente, la ansiedad, el stress, el dolor y todo tipo de emociones negativas, encontrando la paz y la alegría interior. A nivel general, el movimiento fluido, armonioso y coordinado de todo el cuerpo sana las articulaciones y mejora la flexibilidad y la agilidad. La respiración del taichi fluida y baja (abdominal) aumenta tu vitalidad, te desintoxica, relaja, equilibra las pulsaciones y la tensión arterial y estimula el sistema inmunológico. No todos los alumnos llegan a la segunda etapa donde se practica la parte marcial del arte, que también se llama Taichi Kungfu. Se trabaja la defensa personal, las diferentes armas clásicas y se inician los movimientos veloces y explosivos para el combate real. Es muy característico el trabajo de parejas del taichi llamado Tui Shou (manos que empujan) donde se entrenan suavemente las cualidades del combate, compenetrándose a la perfección con el otro y sin riesgo de lesiones. Al final de esta etapa se fortalece intensamente con el Fa Jin (expresión de la energía) toda la parte superior del cuerpo que en la primera etapa se trabajó muy suavemente. Aquí las diferencias con las escuelas externas o duras ya no son tan evidentes. |
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FORMA DE ABANICO DE TAICHI 1º Comienzo de Forma |
FORMA DE 85 DE TAICHI YANG TRADICIONAL 1. Posición inicial |
1. Una energía intangible y llena de vida eleva la coronilla. Esto se refiere a mantener la cabeza en alineación vertical, con el espíritu ensartado a la coronilla. No se debe emplear la fuerza física; emplear la fuerza física agarrotará el cuello e inhibirá la circulación de qi (chi) y de sangre. Hay que tener la intención consciente de un fenómeno intangible, lleno de vida y natural. Si no, no podrá surgir la energía vital (jingshen). 2. Contened el pecho y alzad la espalda. “Contener el pecho” significa sostener levemente el tórax para permitir que el qi se hunda hasta el dantian. Hay que evitar la rigidez en el pecho; proyectar el tórax hacia el exterior (sacar pecho) provocará el bloqueo de la cavidad torácica. Se estará pesado arriba y ligero abajo; los talones flotarán. “Alzar la espalda” significa que el qi se adhiere a la espalda. Si se es capaz de contener el pecho, se podrá alzar la espalda de manera natural. Si se puede alzar la espalda, se podrá dejar que la fuerza se emita desde la columna y se será invencible. 3. Relajad la cintura. La cintura es la soberana del cuerpo. Si se es capaz de relajar la cintura, los dos pies tendrán fuerza y la base será estable. Los cambios de insustancial y sustancial provendrán todos de los movimientos de giro de la cintura.; de ahí que se diga: “La fuente de significado se halla en la región de nuestra cintura”. Si hay una situación en la que se es incapaz de lograr fuerza física, se debe buscar la causa en la cintura. |
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5. Hundid los hombros y dejad caer los codos. “Hundir los hombros” significa que los hombros estén relajados, abiertos y se deje que cuelguen. Si se es incapaz de relajarse y dejar que los dos hombros cuelguen, éstos se alzarán, después el qi también los seguirá y todo el cuerpo carecerá de fuerza. “Dejar caer los codos” significa relajar los codos y dejar que cuelguen. Si se elevan los hombros, los codos no podrán hundirse, y no se podrá apartar a un adversario empujándole. ¿No se parece esto a la corta energía de las artes marciales externas?
6. Usad la conciencia, no la fuerza física. De esto se habla en los “Clásicos del Taijiquan”. Se trata enteramente de uso de la mente/intención (yi), no del uso de la fuerza (li). Al practicar Taijiquan, todo el cuerpo está suelto (song) y abierto. Evitad el empleo de la mínima cantidad de fuerza bruta (zhuo li), que provoca el bloqueo de los tendones, huesos y vasos sanguíneos, y que uno se quede trabado. Entonces se permitirá una ligera agilidad en los cambios, y las rotaciones circulares surgirán libremente. Una duda: sin emplear la fuerza, ¿cómo puede uno incrementar la suya? Pues bien, el cuerpo humano tiene meridianos: como pasa con los cursos de agua de la Tierra, cuando éstos se desbloquean, el agua fluye. Cuando los meridianos se desbloquean, entonces el qi los atraviesa. Si todo el cuerpo es rígido, el jin llena los meridianos, el qi y la sangre se estancan, los movimientos de giro no son ágiles. Si se tira de un cabello, todo el cuerpo se mueve. Si no se emplea la fuerza sino que, en cambio, se utiliza la mente/intención (yi), entonces a donde llega el yi, llega después el qi. Si el qi y la sangre circulan completamente, ensartándose y circulando a diario por todo el cuerpo, no habrá ningún momento en que haya bloqueos. Después de una larga práctica, se alcanza la fuerza interna genuina. De ahí la afirmación de los “Clásicos del Taijiquan”: “Legando al extremo de la blandura que cede, se llega después al extremo de la dureza sólida”. Los brazos de quienes dominan las destrezas del Taijiquan son como hierro dentro de algodón, y sumamente pesados. Cuando los practicantes de las artes marciales externas emplean la fuerza, entonces su fuerza es evidente. Cuando no emplean la fuerza, son muy ligeros y flotantes. Es evidente que su fuerza sigue siendo energía externa, como energía superficial. Cuando no se emplea la mente/intención (yi) sino que se utiliza la fuerza, es muy fácil dejarse llevar: esto no merece respeto. 7. Lo superior y lo inferior se siguen uno a otro. Lo superior y lo inferior se siguen uno a otro es a lo que se alude en el dicho del “Clásico del Taijiquan”: “Está arraigado en los pies, es liberado a través de las piernas, gobernado por la cintura y expresado en los dedos de las manos. Desde los pies, hasta las piernas, y luego a la cintura, siempre debe haber una completa integración en un solo qi”. Con los movimientos de las manos, la cintura y los pies, la concentración de los ojos también sigue sus movimientos. Cuando es así, sólo entonces puede decirse que “lo superior y lo inferior se siguen uno a otro”. Si hay una parte que no se mueve, entonces la forma se dispersa y se confunde. 8. Lo interno y lo externo están unidos. Lo que se entrena en Taijiquan es el espíritu.; por eso se dice: “El espíritu es el líder; el cuerpo sigue su orden”. Si se es capaz de elevar el espíritu de vitalidad, de manera natural será posible comportarse con ligereza y agilidad. La forma no es más que vacío, plenitud, abierto y cerrado. Lo que se llama abierto no es sólo la apertura de las manos y los pies: la mente/intención también se abre con ellos en consecuencia. Lo que se llama cerrar no es sólo el cierre de las manos y los pies: la mente/intención también se cierra con ellos en consecuencia. Cuando se es capaz de unir lo interno con lo externo como un solo qi, entonces existe continuidad completa. 9. Unido sin interrupciones. Con los practicantes de las artes marciales externas, su fuerza es artificiosa, mera fuerza bruta (hou tian zhi zhuo li). Por consiguiente tiene sus inicios y detenciones, su duración y cese. Cuando su fuerza vieja ya se ha agotado, su fuerza nueva aún no ha nacido. En estos momentos es muy fácil de vencer. El Taijiquan emplea la mente/intención, no la fuerza física. Desde el comienzo al finales continua sin cesar, un completo ciclo de retorno al comienzo, dando vueltas y vueltas sin fin. En las enseñanzas originales se dice: “Como el río Largo, sigue fluyendo mansamente sin cesar”. También se dice: “Moved el jin (energía) como si sacaseis seda (de un capullo)”. Estas palabras se refieren a que está todo ello unido y ensartado (guan chuan) como un solo qi. 10. Buscad la quietud en el movimiento. Las artes marciales externas consideran los saltos y los rápidos desplazamientos como habilidad. Emplean el agotamiento del qi y la fuerza, de manera que después de entrenar invariablemente jadean sin aliento. El Taijiquan emplea la quietud para controlar el movimiento. Aunque haya movimiento, hay quietud. Por tanto, al practicar la forma, cuanto más lento, mejor. Al practicar lentamente la respiración se ahonda y alarga, el qi se hunde hasta el dantian. Se evita el daño de forzar la circulación sanguínea. Los estudiantes deben contemplar esto cuidadosamente, para alcanzar su significado. ---Dictado por Yang Chengfu, escrito por Chen Weiming |
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El siguiente fragmento del libro “Crónicas del Tao. La vida secreta de un maestro taoísta” describe muy bien la practica del Taichi: “Fijó su atención en el dan tian, el punto de concentración situado bajo el vientre. Según los clásicos del Tai Chi, éste era el momento análogo al vacío que precedió a la creación del universo. Era wu wei, la Nada. No se aferraba a ningún pensamiento.
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